Celebramos la contribución que hacen las mujeres a nuestra industria, desde la fabricación de nuestros motores hasta el trabajo con los productos terminados. Hemos hablado con dos mujeres ubicadas en extremos opuestos del sector y también en extremos opuestos del Atlántico: Anita Coulter, directora de planta de Kawasaki Engines en Maryville (EE. UU.), y Holly Beeston, que forma junto con su marido el dúo de jardineros Busy Bee Gardening en Irlanda.

No es ningún secreto que la manufactura y la jardinería han sido tradicionalmente sectores muy dominados por los hombres, pero mujeres como Anita Coulter y Holly Beeston están contribuyendo a cambiar esa percepción.

Anita lleva desde 1989 trabajando en Kawasaki Motors Manufacturing Corp., U.S.A. (KMM), donde empezó su carrera en el área de recursos humanos (RR. HH:) y fue ascendiendo hasta alcanzar el cargo de directora. Ahora es directora de planta en Maryville, la principal planta de producción de motores bicilíndricos en V de Kawasaki, y además está supervisando unas nuevas instalaciones de producción en Boonville.

Holly es una recién llegada al sector, ya que se incorporó en 2022 a Busy Bee Gardening, el negocio de su marido, Cian Beeston. Ambos trabajan juntos en su comunidad local en el centro de Irlanda, y Holly juega un papel activo en la empresa operando toda una serie de equipamientos de jardinería, incluidas las herramientas con motor Kawasaki.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer de 2023 —día en que cada marzo se celebran los logros de las mujeres en todo el mundo— hemos hablado con Anita y Holly sobre su labor y experiencias, y les hemos pedido su opinión sobre el papel de la mujer en la industria.

¿Cómo entraste en el sector?

Anita: Mi entorno familiar está muy ligado a la fabricación. Muchos miembros de mi familia trabajan en el sector de la manufactura, y Maryville es una ciudad pequeña, pero con una gran presencia industrial.

En cuanto a cómo empecé en mi trabajo actual, mi carrera se inició con Kawasaki Engines en el departamento de RR. HH. tras obtener la licenciatura en dirección de personal. Fui ascendiendo hasta alcanzar el nivel directivo y me convertí en directora de planta aquí en Maryville. RR. HH. sigue formando parte de mi trabajo, ya que actualmente estoy estableciendo una «estructura corporativa» para todo KMM (Lincoln, NE, Maryville, MO y Boonville, MO) que incluye primas, remuneración, administración, seguridad, formación y bienestar y gestión del talento.

Holly: Mi marido Cian empezó con Busy Bee Gardening antes de que nos casáramos. Tuve otros trabajos antes, pero cuando nos mudamos a nuestra residencia actual, lo más lógico para nuestras agendas era que yo me incorporara al negocio.

Ha sido toda una curva de aprendizaje, pero hasta ahora me encanta. Durante el primer año he aprendido muchísimo de Cian, de los clientes y de la experiencia práctica.

¿Has percibido alguna barrera como mujer en tu carrera profesional?

A: He tenido bastante suerte en mi carrera y creo que no me he encontrado con muchas barreras como tales. Al contrario, espero que las mujeres consideren los obstáculos como desafíos que pueden superar y no como barreras. En mi trayectoria en Kawasaki, mi entorno de trabajo ha sido muy respetuoso. Por mi parte, yo también he estado dispuesta alzar siempre la voz, y es algo que recomiendo a las mujeres que trabajan aquí.

No deben tener miedo de hablar cuando hay algún problema o cuando consideren que tienen algo que aportar. Puede ser intimidatorio sentirse una de las pocas mujeres dentro de una sala llena de hombres, pero si no hablas no se te puede oír.

H: Sí, creo que hay algunas barreras para las mujeres en este tipo de trabajo. Te puedes encontrar con cosas como el típico cliente raro que considera incapaces a las mujeres o ser objeto de algún comentario malintencionado de vez en cuando, pero, por suerte, la mayoría de la gente tiene una mentalidad diferente.

En la faceta práctica del trabajo, una de las barreras es que la maquinaria y el equipamiento no están diseñados pensando en las mujeres, así que a veces puede resultar difícil de manejar. Algunos equipamientos son muy pesados y puede resultar complicado usarlos mucho tiempo seguido.

¿Sientes que están cambiando las actitudes hacia las mujeres?

A: Sin duda. En los últimos diez años incluso se ha incrementado el número de mujeres que trabajan aquí en cargos directivos. Cada vez es más común en el sector ver a mujeres en trabajos a todos los niveles, lo que está ayudando a cambiar las actitudes

El 35 por ciento de los empleados en nuestra planta de Maryville son mujeres. Todo se ha producido de forma orgánica, lo que me parece magnífico.

¿Qué aportan las mujeres a este tipo de trabajo?

A: En el ámbito de la manufactura, las mujeres suelen destacar en la línea de ensamblaje. Obviamente, se trata de una generalización, pero las mujeres pueden ser muy creativas, algo que es magnífico a la hora de resolver problemas en un entorno de fabricación. En muchos casos somos buenas planificando y sabemos prepararnos bien para cualquier problema potencial que pueda surgir.

H: Naturalmente, no puedo hablar por todas las mujeres, pero creo que aportamos un toque más delicado y una mayor atención al detalle. Soy bastante perfeccionista y, aunque es cierto que Cian siempre acaba los trabajos a un nivel excelente, soy la típica que vuelve a recortar esas últimas briznas de hierba que han quedado fuera de sitio...

También he detectado que algunas de nuestras clientas se sienten más tranquilas al saber que yo estoy trabajando allí. Para algunas mujeres, especialmente si son mayores, puede resultar bastante intimidatorio estar solas en casa con un hombre en su jardín. Creo que se sienten más cómodas viendo la cara de una mujer.

Anita, ¿qué crees que aportan las mujeres a los cargos directivos de una organización?

Creo que ayuda a otras mujeres, ya que ven que pueden conseguir cualquier cosa que se propongan. Cuando se ve a mujeres en altos cargos directivos, esto les puede parecer más viable a otras mujeres que quizá no lo hayan considerado antes como una opción para ellas.

Las mujeres en cargos directivos también ayudan al personal femenino a exponer abiertamente sus inquietudes: muchas veces, las mujeres se sienten más cómodas hablando con otra mujer en un cargo directivo que con un hombre. Muchas veces se me acercan mujeres en la fábrica para hablar de cosas que les preocupan. Sin duda, esto se explica en parte por mi trayectoria en RR. HH., pero puede que no se sintieran tan cómodas hablando con un hombre.

¿Cuál es el logro del que te sientes más orgullosa?

A: ¡Es una pregunta difícil de contestar! Llevo más de 30 años trabajando en Kawasaki, así que en todo ese tiempo ha habido un montón de logros apasionantes. Recientemente, el lanzamiento del proyecto de Boonville fue un motivo de orgullo para mí, ya que pasé a ser directora de planta en Maryville.

Trabajar con el equipo directivo para crecer y desarrollar sus departamentos ha sido una labor muy gratificante. El equipo directivo mantiene una colaboración excelente en Maryville y Boonville, y tengo la sensación de que este equipo es capaz de todo trabajando juntos.

Implicarse en la estructura corporativa es algo apasionante, un reto que me ha dado la oportunidad de conseguir mejoras para la empresa en general. Estoy muy orgullosa del trabajo que estamos haciendo: son tiempos apasionantes para la empresa.

Anita, ¿cuáles son las principales ideas equivocadas que pueden tener las mujeres sobre el trabajo en el ámbito de la manufactura?

Está el tema de la suciedad, por ejemplo. Existe la percepción de que la manufactura es un trabajo duro y extenuante en el que terminas llena de grasa al final de la jornada.

Naturalmente, una parte de ello consiste en trabajar con aceite, grasa, refrigerante... y con motores, es algo que va en el sueldo. ¡Pero no todos los trabajos en el ámbito de la manufactura te van a dejar embadurnada de grasa! Nuestra fábrica se mantiene muy limpia y ordenada, y la mayoría de los trabajos no son tan intensos desde el punto de vista físico como se podría pensar.

Holly, ¿qué cosas te gustan de trabajar en jardinería?

Es curioso, porque en realidad odiaba la jardinería cuando era pequeña... Pero he llegado a amarla y a sentir una satisfacción real con el trabajo bien hecho. Me encanta quitar las malas hierbas en un arriate o cortar la hierba y observar el resultado final, ver cómo mejora un jardín con el tiempo. Ahora incluso tengo un pequeño jardín en casa que me encanta: ¡la verdad es que he cambiado mucho desde la infancia!

También me gusta la faceta de la atención al cliente: establecer una relación con los clientes es uno de mis puntos fuertes. Soy una persona muy sociable, y conocer gente nueva es una parte del trabajo que realmente me encanta.

¿Te encuentras a gente que se sorprenda por la profesión que has elegido?

H: Me pasa continuamente. ¡Creo que incluso mis padres se sorprendieron bastante, ya que sabían perfectamente que nunca me gustó trabajar en casa en el jardín!

Pero también me ocurre con más gente, cuando los conoces y te miran como diciendo: «Oh, vaya, así que eres jardinera...». Creo que esto es así porque dan por supuesto que la jardinería es un trabajo donde te ensucias mucho y quizá «masculino», pero eso no quiere decir que no me encante también arreglarme el pelo y maquillarme. Así que sí: es cierto que mucha gente se sorprende al encontrarse con una mujer que trabaja en algo manual y físicamente exigente.

¿Crees que las cosas serían diferentes si trabajaras sola?

H: Sí, sin duda. Desafortunadamente, ciertas personas siguen creyendo que este es un trabajo de hombres y desprecian la capacidad de una mujer de estar a la altura.

Soy consciente de que tendría las cosas más difíciles para convencer a ciertas personas de que puedo hacer un trabajo igual de bien que un hombre. Eso me haría perder algunos clientes potenciales, y creo que establecer esa clientela inicial sería más complicado. No digo que sea imposible para una mujer iniciar por sí sola un negocio de jardinería, pero seguro que es más difícil.

¿Por qué crees que son relativamente pocas las mujeres que trabajan en la manufactura y la jardinería?

H: En parte se debe a los motivos que he mencionado anteriormente. Es posible que siga habiendo un cierto prejuicio contra las mujeres en el sector, y las propias mujeres pueden no tener en cuenta la jardinería como una potencial salida profesional.

Es un trabajo físico que no resulta atractivo para todas. Sin embargo, si te gusta la jardinería y estar al aire libre, deberías darle una oportunidad y comprobar si es lo tuyo.

A: Creo que eso también está cambiando. Un porcentaje alto de nuestro personal son mujeres, y espero que esta tendencia siga al alza y no se frene.

Creo que, tradicionalmente, pocas mujeres han trabajado en el ámbito de la manufactura debido a las ideas equivocadas que he mencionado antes. Puede ser un trabajo muy físico —algo que no es para todas— pero la mentalidad creativa es una parte más importante de lo que la gente cree: no hay ningún motivo por el que las mujeres no puedan destacar en este sector.

¿Les podrías dar algún consejo a las mujeres que quieren trabajar en el sector?

H: ¡No exigirse demasiado en el intento de demostrar que eres válida! Cuando empezaba, muchas veces iba más allá de mis límites para probar que estaba a la altura y trabajaba tan duro el lunes que ya estaba agotada el martes.

Hay que conocer bien los límites físicos propios y priorizar el bienestar. Si hay clientes que no te respetan por tu sexo, simplemente deja de trabajar para ellos, ya habrá otros que sí lo hagan.

A: Como he dicho antes, hay que tener confianza en una misma y no tener miedo a alzar la voz. Si estás empezando, lo mejor es hacer todas las prácticas que puedas o seguir de cerca a los profesionales mientras trabajan. No hay una forma mejor de entender el sector que a través de la experiencia: así descubrirás pronto si es un trabajo que te resulta atractivo.

Muchas gracias tanto a Anita como a Holly por compartir sus experiencias y dedicarnos parte de su tiempo.

En Kawasaki Engines valoramos mucho la contribución que están haciendo las mujeres tanto a nuestra empresa como al sector en general. Esperamos que se mantenga la tendencia actual al alza en el número de mujeres que trabajan en los sectores de la manufactura y la jardinería.

¡Si quiere iniciar su propio negocio de jardinería, nuestra guía de seis pasos podría ser un buen punto de partida!