Cómo combatir el tiempo seco
La compactación causada por los inviernos húmedos, combinada con el intenso tráfico peatonal en los suelos, puede privar a la zona radicular de la humedad necesaria para que el césped y las plantas se desarrollen adecuadamente. Los daños durante el invierno pueden hacer que las raíces sean incapaces de retener y recuperar el agua más adelante. Esto puede provocar un potencial desastre en una ola de calor.
Para superar una sequía se necesita conservar la humedad, evitar la evaporación y causar el menor daño posible a su césped. A continuación, exploramos los métodos que pueden utilizar los paisajistas para conseguirlo.
Corte
Las condiciones de corte tendrán que cambiar durante una ola de calor para adaptarse a un suelo frágil y evitar que un jardín de ensueño parezca estéril. El césped está compuesto en un 85 % de agua, por lo que se pierde humedad por cada centímetro cortado. Dicha pérdida de humedad se puede reducir siguiendo la regla del tercio, es decir, no quitar nunca más de un tercio de la hierba en un solo corte.
Además, dejar más tiempo entre los ciclos de corte y permitir que el césped crezca más también establecerá una barrera entre el suelo y los efectos desecantes del sol y el viento. Esta sombra natural mantendrá el suelo de debajo más fresco y le permitirá retener el agua durante más tiempo, con lo que se evitará la evaporación que se puede exacerbar en condiciones de sequía e impedir el crecimiento de las plantas.
Aireación
Crear agujeros en el suelo que permitan que el agua y el oxígeno se filtren hasta las raíces ayudará al suelo a retener el agua durante más tiempo si se produce una sequía.
Airear en primavera, cuando el suelo aún no está endurecido por la sequía, pero está lo suficientemente seco para que los agujeros no se sellen, y cuando la hierba está en su período de máximo crecimiento, le dará al césped las mejores oportunidades de sobrevivir a una sequía.
Paisajismo a prueba de sequía
Con El Niño causando estragos en los patrones climáticos, además de adaptar las prácticas de paisajismo ya conocidas podría merecer la pena investigar ideas de paisajismo resistentes al clima.
Cultivar la tierra en profundidad y excavar en ella grandes cantidades de materia orgánica mejorará la estructura del suelo, la retención de agua y la disponibilidad de la misma para las plantas.
Introducir plantas resistentes a la sequía, como las que tienen hojas de color verde grisáceo o plateado, puede embellecer un paisaje y, a la vez, es menos probable que sufran durante una ola de calor. Las hojas reflejan parte de los rayos del sol, lo que les ayuda a conservar la humedad dentro de los tejidos vegetales.
Encharcamiento
Los cambios en la corriente del golfo y el aumento de las temperaturas pueden ser un catalizador del encharcamiento de céspedes y terrenos durante el invierno. Por cada grado centígrado de aumento de la temperatura, el aire puede retener hasta un siete por ciento más de humedad, lo que aumenta el riesgo de chubascos y de un invierno muy húmedo.
Un incremento de la lluvia puede convertir rápidamente en un pantano un césped que por lo demás está bien cuidado, con la consiguiente paralización de cualquier proyecto de paisajismo. Por no hablar de que el suelo húmedo aumenta el riesgo de compactación en las zonas donde el tráfico puede ser intenso, con el consiguiente daño para las raíces que se encuentran debajo, lo que puede causar parches muertos a corto plazo y agravar la sequía más adelante.